Cada sesión de tratamiento de varices con láser dura entre 5 y 25 minutos, dependiendo de la extensión de las varices. El láser emite pulsos de energía que calientan y dañan las venas, cerrándolas gradualmente.
Después de la sesión, es normal experimentar un poco de inflamación, que desaparecerá en pocas horas.
Para un cuidado adecuado posterior, se recomienda:
- Evitar la exposición directa al sol en la zona tratada.
- Usar protector solar en el área.
- Evitar ejercicios intensos por unos días.
En algunos casos, pueden ser necesarias varias sesiones para obtener los mejores resultados, especialmente en varices más grandes.